Sabiduría Diaria 17.01.2020
(FOTO: LAURENCE FREEMAN, BRASIL) La meditación cambia la forma en que nos vemos a nosotros mismos. Eso es, quizás el mayor efecto que tiene. Y sirve para sanar el yo fragmentado, que al reintegrarse nos conduce a una creciente sensación de plenitud. Por eso la meditación es muy relevante para cada aspecto de nuestra idea de salud —física, psicológica y espiritual. Complementando nuestra comprensión de los beneficios de la meditación, encontramos también los frutos de la meditación, los frutos espirituales de la meditación. San Pablo llama a la cosecha del espíritu o a los frutos del Espíritu «amor, gozo, paz, paciencia, benevolencia, bondad, lealtad, gentileza y templanza» (Gálatas 5:22-23). ¿Cómo podemos medir el amor o la alegría o la paz o la paciencia o la bondad? Sin embargo, podemos experimentarlos. Y sabemos que estamos cambiando en este sentido y que estas cualidades, que con una comprensión más profunda podemos reconocer, son las cualidades de la vida del Espíritu que florece en nosotros. Y aunque al principio no lo notemos, la gente con la que vivimos lo sabrá. (Health & Wholeness , Laurence Freeman OSB )