Sabiduría Diaria 23.06.2019
(FOTO: LAURENCE FREEMAN, SUIZA)
Es fácil condenar a otros, juzgando desde las alturas morales, observando las noticias en la televisión por unos cuantos minutos antes de ver nuestro programa favorito. Si meditar nos diera ese falso sentido de distancia y superioridad, sería un engaño, una espiritualidad consumista que ni tiene profundidad y evita el contacto con la fuente desde donde la paz auténtica, la paz que desafía todo entendimiento, entra en el mundo. Enseñar a meditar en una sociedad consumista presenta muchos retos a la gente que ha sido condicionada (como casi todos nosotros por nuestra educación) a ver la espiritualidad como una situación de probar varias marcas. Es más fácil predicar a los que no están convertidos totalmente. Necesitas gran fe en la validez de la experiencia de que estás ayudando a la gente a descubrirse. Conforme crece esta experiencia, vamos viendo como una percepción de conexión va reemplazando el individualismo solitario y aislado del consumidor. La sospecha y la competencia instintiva dan lugar a una percepción consciente de colaboración y confianza. No se ilumina todo de una sola vez, pero en cuanto la luz comienza a aparecer reconocemos la diferencia.
( Meditatio Newsletter, September 2014, Laurence Freeman OSB)