Sabiduría Diaria 11.06.2019
(FOTO: LAURENCE FREEMAN, ITALIA)
(...) Otra etapa que puede surgir es la que los padres del desierto llamaban acedia, la noche de los sentidos, un sentimiento de sequía emocional. Y con ese sentir de falta de riego, de una oración muy seca, muchas veces viene el tener coraje. Con la acedia aparece un sentido de impaciencia, irritabilidad, o ira o indignación reprimidas psicológicamente. Nos comenzamos a sentir inquietos, queremos métodos más fáciles, buscamos atajos. Es en este punto que podemos terminar con la disciplina de la meditación diaria pues dejamos de sentir progreso. Y de nuevo, al atravesar estos períodos de acedia surgimos con un sentido de compromiso renovado. Podemos darnos por vencidos un rato y luego sentir que algo falta. Pensamos: lo que sea que haya estado haciendo no puede estar del todo mal pues ahora siento que me falta algo que tenía antes. Y comenzamos de nuevo. Y entre estos paros y arranques, encontramos un sentido de que somos dirigidos, de cierta forma nos sentimos guiados por el Espíritu.
( The Ego On Our Spiritual Journey II, Meditatio Talks 2008 B, Laurence Freeman OSB )