Sabiduría Diaria 07.06.2019
(FOTO: LAURENCE FREEMAN, BONNEVAUX, FRANCIA)
Lo que debe quedar claro, independientemente del modelo que sigamos para este camino, es que hay crecimiento. Con el crecimiento, en cada etapa se presenta una crisis. Cualquiera que persevera en un camino sabe que siempre hay crisis de algún tipo que se experimentan en las diferentes etapas de nuestro crecimiento. Siempre existe el mismo esfuerzo para desapegarnos del ego conforme avanzamos a un nivel más profundo, en el que superamos a niveles cada vez más profundos los miedos y las inseguridades ocultas de nuestra psiquis. En la tradición budista existe un relato del progreso del meditador, del monje. Es un relato que utiliza la imagen de un río. La primera etapa es cuando entramos al río. Se llama ‘el que entra al río’. Es ese momento en que sólo metemos un pie por unos instantes en el agua y lo sacamos inmediatamente.Sólo estamos probando. La siguiente vez, nos quedamos más tiempo. A esto se le llama ‘el que regresa una vez’, puede ser que salgamos otra vez, pero después ya nos quedamos dentro. La siguiente etapa es ‘el que nunca regresa’ es el que se queda en el río, en el flujo del río. Finalmente está, el santo o el iluminado o la persona libre. Estas etapas de compromisose vuelven evidentes en la manera en que nos mantenemos fieles a la disciplina de la oración.
( The Ego On Our Spiritual Journey II, Meditatio Talks 2008 B, Laurence Freeman OSB )