Sabiduría Diaria 21.05.2019
(FOTO: LAURENCE FREEMAN, IRLANDA)
Nos han ido sucediendo cosas que nos separan de nuestro yo verdadero, que alteran la relación. Estas cosas, cualesquiera que sean – las podríamos llamar pecado – nos han hecho que generemos una identificación con nuestro ego que nos encierra. Si estamos encerrados, el entendimiento de nosotros, el conocimiento de nuestro yo, se vuelve inadecuado y se queda corto. Por lo mismo nunca seremos capaces de conocer a Dios propiamente, ya que nuestro conocimiento es totalmente egoísta. La imagen que obtenemos de nosotros entonces, por esta identificación con el ego, se vuelve desagradable. Y por eso nos volvemos personas enojadas o vengativas, personas con miedo o que creen no tener valor ni poder ser amadas. “Si la gente supiera como soy en realidad, nunca me podrían querer.” En ese lugar encontramos sólo culpa, odio a nosotros mismos, desesperación y depresión crónica.
( The Ego On Our Spiritual Journey II, Meditatio Talks 2008 B, Laurence Freeman OSB )