Sabiduría Diaria 27.12.2018
(FOTO: LAURENCE FREEMAN, FRANCIA)
No esperes ser más perfecto que nadie. Así es como somos, pero podemos hacer este viaje. Podemos desviar la atención de este flujo de pensamientos, memoria, planes e imaginación. Y podemos, de esa manera, dar un paso a la vez en este nuevo continente del corazón. Es descubrir una dimensión completamente nueva de nosotros mismos y una dimensión completamente nueva del misterio de Cristo. ¿Cómo hacemos eso? ¿Cómo pasamos de la mente al corazón? Seguimos un método muy simple, una enseñanza muy sencilla sobre cómo hacerlo, un método práctico. Tomamos esta tradición de la Iglesia en sus inicios, en particular, de los primeros monjes cristianos del desierto. El maestro de San Benito fue un monje llamado Juan Casiano. Juan Casiano aprendió esto de los primeros monjes cristianos del desierto, que ellos mismos lo recibieron de los Padres apostólicos, según decían. Esto es: tomas una sola palabra, una oración, una frase corta y repites esta palabra en tu mente, en tu corazón, durante el tiempo que reservamos para la meditación.