Sabiduría Diaria 20.08.2018
(FOTO: LAURENCE FREEMAN, AUSTRALIA) Saber quién y cómo somos en realidad. Liberarnos de la imagen mal concebida del Yo aislado y pensante. Esto no es sólo la espiritualidad de nuestro tiempo, es nuestra mejor esperanza para salvar al mundo. Sólo dentro del trabajo de auto conocimiento podremos encontrar una nueva manera de ver las cosas que nos dirija de regreso a nuestros sentidos y con el tiempo a una radicalmente nueva dirección. San Gregorio de Nyssa dijo que buscar a Dios es encontrar a Dios, pero también que encontrar es buscar. Lo mismo es cierto de nuestro Yo pues el autoconocimiento y el conocimiento de Dios están íntimamente conectados. Al renunciar a nosotros mismos, nos encontramos, como dijo Jesús, pero no como una ‘cosa que piensa’, un objeto mental. El Ser humano no es un ‘ángel deficiente’ – una entidad astral atrapada en la carne. Sólo nos conocemos en el cuerpo, no trascendiendo tiempo, espacio y terrenalidad. La meditación es una manera de auto conocimiento simple y directa porque integra lo maravilloso y complementario (y tan fácilmente contradictorio) de las dimensiones del ser humano. Si entendemos la meditación correctamente, la vemos como la Eucaristía, como la más encarnada práctica espiritual. Todo el ser – cuerpo, alma y espíritu – colabora en este trabajo. (Christian Meditation Newsletter, June 2005)