Sabiduría Diaria 14.12.2017
(FOTO: LAURENCE FREEMAN, CANADA)
Si pensamos acerca de la meditación como algo que hacemos, entonces se vuelve como un producto de consumo que estamos comprando, pues a la gente le gusta comprar la meditación, ya que de esa forma la poseen. Cuando el padre John y yo comenzamos a meditar en los 70s, un maestro de meditación laica bastante conocido nos invitó a visitarlo. Después de platicar un rato, nos dijo ‘Estoy muy contento de que la Iglesia comience a enseñar a meditar, ¿Cómo lo están haciendo? Después de que le explicamos, nos contestó: “Bueno, eso es fantástico. Pero están cometiendo un gran error, lo hacen sonar realmente simple y la gente no les va a creer. Tienen que hacerlo más complicado y después incluir la revelación correcta en el momento oportuno. Para hacer eso, hay que enganchar a la gente y para eso, hay que cobrarles. Mientras más paguen, más se interesarán y entonces quedarán comprometidos.” Sin embargo esa no era la manera en que John Main enseñaba, así que nunca lo hicimos, aunque puedo entender la lógica que tenía ese razonamiento, por más que lo considero equivocado pues utiliza los medios equivocados, los medios tienen que ser congruentes con el objetivo, si no se vuelven auto contradictorios y errados.
(Finding Oneself 1 by Laurence Freeman, Meditatio Series 2017C)