Sabiduría Diaria 04.10.2017
(FOTO: LAURENCE FREEMAN, IRLANDA)
La mente agitada - como el miedo que llevó a los discípulos a refugiarse en un cuarto - no puede resistirse a la gracia inesperada de la aparición del Resucitado. Súbitamente ahí estaba, entre ellos, sin reproches, empoderándoles, revivificando sus vidas exhaustas. Sin embargo el trabajo de calmar la mente comienza en este punto y debe continuar hasta que no haya más obstrucciones, no más puertas cerradas atrás de las cuáles escondernos, de manera que El pueda expandirse en la plenitud del espacio recién liberado. La Resurrección es un evento que siempre está sucediendo, continuamente, inesperadamente, impredeciblemente. Es tan silencioso y tan tranquilo como las piedras que forman un círculo, parte de un monumento del pasado olvidado. Pero también es una explosión de la presencia, como el súbito reconocimiento de un viejo amigo en una calle concurrida. Viene a nosotros oculto, como dijo Simone Weil, y la salvación consiste en que le reconozcamos.