Sabiduría Diaria 12.06.2017
(FOTO: LAURENCE FREEMAN, EEUU)
Para ver esto tenemos que entender la parábola en que Jesús describe al reino como una semilla que un hombre planta en el suelo. La deja crecer conforme él se va a dormir y se levanta por la mañana. Todo el tiempo crece ‘sin que él sepa cómo’. Pero en efecto crece y a través del tiempo y por etapas, el crecimiento se vuelve visible hasta que llega la plenitud de la cosecha. Vemos los frutos de la meditación de maneras que nos sorprenden, a veces sólo cuando hemos dejado de buscarlos. Cuando Jesús nos dice que no podemos ver por observación cuándo llegará el reino, está diciendo que yace más allá de la mente racional (“aquí o allí”) y la carrera del tiempo (“cuánto tardará”). Diferentes ritmos y ciclos trabajan simultáneamente en la existencia humana. Nuestras dimensiones físicas, psicológicas y espirituales funcionan como diferentes husos horarios: cuando una duerme, las otras están despiertas. Y sin embargo somos una sola persona contenida en el ritmo más grande del crear divino.
(A Letter from Laurence Freeman, 2004/04)