Sabiduría Diaria 15.01.2017
(FOTO: LAURENCE FREEMAN, IRLANDA)
Todos deseamos el cambio, pero en nuestros propios términos. Nuestra imagen de lo que queremos cambiar está limitada por lo que deseamos. No somos más que criaturas sujetas al deseo. Y así, esto nos une al sufrimiento, a la tristeza y al sufrimiento, productos del ciclo de deseo, satisfacción y decepción. Quedamos atrapados en un reino de imágenes y abstracciones. El problema, al restringir el cambio a lo que deseamos, es el deseo mismo. Nunca deseamos lo suficiente. La fiesta de la Epifanía nos recuerda cómo todo el potencial, la gloria del destino humano, se manifiesta en la persona de Jesús y ahora a través del cosmos en el cuerpo de Cristo. La gloria está siempre dispuesta a estallar a través de las cosas ordinarias de la vida y nos permite, incluso dentro de nuestras limitaciones actuales, ver el mundo como un paraíso.
(Meditatio Newsletter December 2016 Laurence Freeman)