Sabiduría Diaria 21.12.2016
(FOTO: LAURENCE FREEMAN, BRASIL) La aflicción, como la describe Simone Weil, es diferente del sufrimiento porque parece incluso deshumanizarnos en una especie de esclavitud indefensa. Ella lo compara con un clavo (uno de los viejos significados de la palabra 'centro') impulsado hacia nuestras almas y fijándonos al mismo centro del universo -el verdadero centro que no está justo en el medio, ni siquiera está en el espacio y el tiempo, porque es Dios. Este punto de intersección, como en las dos ramas de la cruz, nos abruma en todos los niveles. Pensar en ello conduce a la tentación de consolarme en mentiras o platitudes piadosas y así ante tal realidad tenemos que ir más allá del pensamiento y del yo como lo conocemos. Tenemos que dejarnos caer en la mente de Cristo que continuó siendo la verdad a través del tiempo de su propia aflicción. (Christian Meditation Newsletter, June 2010 Laurence Freeman OSB