Sabiduría Diaria 11.12.2016
(FOTO: LAURENCE FREEMAN, LONDRES, GB)
El centro de un círculo, geométricamente, es aquel punto equidistante de todos los puntos de la periferia. Dios ha sido definido como un círculo cuyo centro está en todos lados y cuya circunferencia está en ninguna parte. La belleza de esta definición es que es una idea abstracta con implicaciones muy prácticas. Si Dios está equidistante (o igualmente cerca) quiere decir que Dios no tiene favoritos y puede decirse que es como la justicia. Su sol calienta, como dijo Jesús, lo bueno y lo malo por igual, por lo que puede equiparársele con la misericordia también. Esto es en general pero también en particular. La palabra griega para centro significa un ‘punto afilado’. Estar centrado es deseable pues proporciona equilibrio. El equilibrio físico depende de ciertos sistemas del cuerpo que trabajan en conjunto, según fueron diseñados. Estar en nuestro centro, física o psicológicamente implica orden, armonía, paz y un sentido gratificante de plenitud y propósito. El desequilibrio causa mareo, desorientación y náusea. Como tendemos a desplazarnos de nuestro centro y fácilmente nos desorientamos y perdemos, necesitamos recentrarnos continuamente. Esto implica compromiso y todo compromiso llama a ser disciplinados. El camino espiritual comienza conscientemente cuando vemos nuestra necesidad de recentrarnos y el valor de una disciplina escogida libremente que nos permite hacerlo.
(Christian Meditation Newsletter, June 2010 Laurence Freeman OSB)